Costa Rica no sólo nos sorprendió; también nos enamoró. Este pequeño país de cerca de cuatro millones y medio de habitantes será para nosotros un sitio inolvidable al que sin duda regresaremos.

Nunca vamos a parar de recomendar este destino como uno de los mejores lugares de América Latina para visitar. Y estas son nuestras razones.

1- Todo queda muy cerca

Costa Rica es un país con un territorio muy pequeño, fácil de atravesar de arriba abajo y de lado a lado en un solo día. Aunque hasta hace un tiempo el país fue famoso por el mal estado de sus carreteras, desde hace algún tiempo esta situación ha cambiado y los viajes en automóvil son realmente rendidores. El viaje por tierra ‘tica’ no se pasa en las carreteras se goza en cada lugar.

2- Sus dos océanos a pocas horas de distancia.

¿Se imagina pasar de la inmensidad del Pacífico a la arena blanca y pura del Caribe en poco menos de seis horas de viaje por tierra? Así lo hicimos nosotros y pudimos sentir la diversidad cultural y vivir la diferencia del paisaje en los pueblos costeros de ambos océanos. En el Pacífico recomendamos lugares como Uvita, Dominical, Playa Hermosa y Tamarindo. En el Caribe, sin duda, hay que visitar Puerto Viejo, Cahuita y Manzanillo.

3- Es tierra de gente amable

Solidarios, amigables, amables, atentos, conversadores y desprendidos son adjetivos que perfectamente pueden describir a los ‘ticos’. En cada lugar al que fuimos nos encontramos con personas maravillosas que nos recibieron como si estuviéramos en casa. Incluso los sentimos muy parecidos a los colombianos, caracterizados por su amabilidad y sus buenas atenciones. Una vez, un hombre nos entregó las llaves de su casa junto a la playa en Puerto Viejo con tan sólo 10 minutos de habernos conocido. Así son los costarricenses.

4- Es un país seguro

Los bajos índices de delincuencia en Costa Rica son famosos en el mundo, y razón de peso para que viajeros y turistas de todo el mundo lleguen por montones a tierra tica. Nosotros pasamos varias noches junto a la playa, caminamos por la selva, recorrimos las ciudades y nunca nos pasó nada. Claro, a veces se oyen historias de lugares por los cuales es mejor no meterse, pero ¿qué país no los tiene?

5- La vida silvestre para verla sin rejas de por medio

En este país vivimos experiencias inéditas en nuestros viajes. Despertamos en La Jebi junto a la playa con tucanes revoloteando los árboles, iguanas gigantes cazando insectos y comiendo frutas, monos aulladores gritando y saltando de rama en rama. También fuimos a un río con cientos de cocodrilos gigantes en libertad y vimos mapaches abrir los bolsos de los turistas en el Parque Nacional Manuel Antonio. Todo eso es posible porque en Costa Rica los animales no son un producto que se exhibe en vitrinas ni jaulas para lucrarse con su existencia. Usted y la fauna pueden vivir en comunión si se tiene el debido respeto. ¿Se necesitará más explicación de porqué este país es Pura Vida?

6- Respeto por los animales

Nos atreveríamos a decir que en Costa Rica los animales son la imagen del país ante el mundo. Por doquier se pueden encontrar llaveros de tucanes, peluches de tortugas y osos perezosos, toallas y stickers con estampados de monos aulladores y cariblancos, imanes en forma de ranitas de ojos rojos. En el país entendieron que la vida silvestre les sirve más viva que muerta, y eligieron respetarla. Por todas partes hay campañas para protegerlos y en la radio se escuchan mensajes como “en las vías freno por los animales”. Incluso, encontramos algo que no habíamos visto hasta ahora: en Costa Rica no hay zoológicos ni vehículos  de tracción animal. Eso, para amantes de los animales como nosotros, es todo un privilegio.

7- Naturaleza exuberante

Playas paradisíacas en ambos océanos, ríos cristalinos, volcanes gigantes con acceso a sus cráteres, selva primaria y bosques lluviosos cubiertos por las nubes, gigantescos lagos artificiales como el Arenal, cataratas altas que rompen en pozos profundos aptos para nadar. Todo esto y más se puede encontrar en este pequeño país, siempre a pocos kilómetros de distancia. Este punto por sí sólo debería captar su atención a la hora de planear su próximo viaje.

8- Los Parque nacionales

Costa Rica tiene 26 parques nacionales en su territorio y estos sitios protegidos y mantenidos por el Estado  conforman una buena parte de la biodiversidad del planeta. Además de 25 reservas y zonas protectoras. Hablando de Parques Nacionales, en Costa Rica los hay de varios tipos: Los que tienen playas y selva (con animales libres, claro), volcanes, bosques lluviosos, ríos y lagunas. Son territorios sagrados y aportan una buena parte del rubro de la economía proveniente del turismo. Lo malo: la entrada para los extranjeros en casi todos los Parques Nacionales es excesivamente caro. Mientras los locales pagan 2 dólares por su tiquete de ingreso, los extranjeros debemos cancelar 16 dólares. Sin embargo, vale la pena cada centavo. Algunos como el Parque Nacional Cahuita y el Braulio Carrillo son de acceso libre.

9- Puedes escoger el clima que te guste

¿Le parece que hace mucho calor en el lugar dónde está? ¿O por el contrario siente mucho frío o no quiere pasar más sus vacaciones en tiempo lluvioso? No importa, con tan sólo abordar un bus y viajar unas pocas horas puede encontrarse otro destino igual o mejor que el anterior. De nuevo la gran ventaja de las distancias cortas y la diversidad de terrenos en este paraíso llamado Costa Rica.

10- En Costa Rica no hay ejército

¿Puede un pueblo dar mayor prueba de civilización y desarrollo social que vivir sin armas y sin pensar en atacar o defenderse de otros? Creemos que la respuesta es obvia: no. Desde 1948 Costa Rica dejó las armas y tomó la decisión de vivir sin ejército. Esto se debe a que el presidente de la época quiso invertir más en educación que en las armas. Para nosotros esto sí que fue todo un hallazgo, pues como saben Colombia vive una de las guerras más antiguas del planeta entre el Estado y la guerrilla, por lo que estamos tristemente acostumbrados a ver agentes armados con fusiles y armas de largo alcance en las calles, tanques de guerra en las carreteras y noticias fatales en los medios. Pasar una temporada en Costa Rica fue una suerte de limpieza mental que agradecemos haber podido vivir.