Indiferente del concepto que tengamos sobre la religión o sobre los dogmas que residen en el interior de las iglesias, no podemos negar que los templos son una parte fundamental en la historia de los pueblos. Son testigos inamovibles de eventos de todo tipo, del devenir de la vida de generaciones de personas y de cómo las ciudades crecen y se transforman a su alrededor.

No sabemos a quién se le ocurrió hacer un reinado de belleza de las iglesias del mundo sin haberlas visitado todas, pero hace algún tiempo las redes sociales y las páginas de los diarios reportaron orgullosas que el diario británico The Telegraph había anunciado que la iglesia más linda del mundo está construida en Colombia. La noticia no es poca cosa, teniendo en cuenta la existencia de obras arquitectónicas famosas por su majestuosidad como la Catedral de San Basilio en Rusia, el templo de La Sagrada Familia en España o el Duomo di Milano en Italia.

Se trata del Santuario de las Lajas y no se puede negar que es una construcción impresionante que deja a sus visitantes sin aliento.

El Santuario está ubicado en el corregimiento de Las Lajas, departamento de Nariño, a 10 kilómetros de la frontera con Ecuador, 7 kilómetros del municipio de Ipiales y a 80 kilómetros de Pasto, capital del departamento. La llegada al sitio es un preámbulo alucinante enmarcado entre verdes montañas, cultivos perfectamente delineados y viviendas solitarias entre las plantaciones.

Una vez en Las Lajas, el camino a pie hacia el Santuario es un prólogo bellísimo que envuelve gente local, gastronomía y artesanías en una carretera que serpentea la montaña para que fieles y curiosos accedan a la joya tallada sobre el abismo. Antes de llegar, la montaña revela décadas de agradecimientos de los devotos que dejan placas y lápidas adheridas a las paredes rocosas. Proceden de muchísimas partes con un mismo objetivo: pagar una promesa a la Vírgen que bautiza la iglesia más bella construida por los seres humanos.

De pronto su colosal figura gótica emerge del abismo y desde lejos deja ver cómo su construcción desafió las leyes de la física. Tal cual como se observa hoy, esta joya arquitectónica fue construida en piedra blanca y gris sobre el cañón del río Guáitara entre 1916 y 1949. Los fieles la consideran “un milagro sobre el abismo” en plena cordillera de los Andes.

Sin importar la medida de su devoción, miles de personas llegan cada día a admirar este monumento nacional. De día, el puente y la plazoleta adyacente a la iglesia se llenan de visitantes y de fotógrafos registrando el momento. De noche, el Santuario se pinta de luces multicolores que brindan un show de contraste con la oscuridad.

Si va a viajar por Colombia recomendamos incluir el Santuario de las Lajas en su itinerario. Este este le servirá un coctel de naturaleza, rituales y paisajes difícil de encontrar en otra parte del mundo.