*Nota publicada por Andrés para primera edición de la Revista Cultural Plan Vé

En zona rural de Palmira, nuestra ciudad,  hay un lugar que está más cerca al cielo que cualquier otro sitio en el Valle. También hay un grupo de jóvenes que trabajan desde hace 16 años  para que los vallecaucanos cumplan el sueño que ha inquietado a la humanidad desde el principio de los tiempos: volar.

Los vientos calientes provenientes del pacífico inflan las velas de sus parapentes y llenan de colores los cielos. Hacia ellos todos los días de la semana llegan turistas con ansias de adrenalina y libertad.

Cómo llegar

El voladero, conocido como ‘La Meseta’, está situado a una altura de 2100 msnm, en inmediaciones de la vereda El Arenillo, a unos 45 minutos de la Villa de las Palmas. Previo contacto con los parapentistas, se acuerda una cita en el parque principal de La Buitrera, hasta donde se puede llegar en jeeps que salen desde la Casa de la Cultura Ricardo Nieto por un valor de $1200.

Desde allí, los profesionales del vuelo se encargarán de llevarlo al lugar de despegue en camionetas 4×4. El resto, depende de las condiciones climáticas: cuanto más caliente esté el día, más emocionante será el vuelo, pues son las corrientes térmicas las que hacen ascender y mantener los parapentes más tiempo en el aire.

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Volar en Parapente

La duración de un vuelo en parapente depende de las condiciones climáticas. Entre más caliente esté el día, más duradero y emocionante será el recorrido.

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100%Seguro

El palmirano Giovanni Valencia es uno de los pilotos más experimentados en este deporte en todo el país.

En Palmira hay dos grupos para volar en Parapente: Los Buitres y Vuelo Libre La Buitrera. Los puede contactar a los números 318-4062477 (Giovanni Valencia) y 318-3711912 (Cristian Barrios).

Tiene 24 años y vuela desde los 11. Según sus cálculos, tiene un promedio de 700 vuelos al año y hasta ahora no ha tenido ningún percance, por lo que empeña su palabra al decir que el parapente es una disciplina 100% segura. Tan segura, afirma, que entre sus pasajeros ha tenido a niños de 5 años y ancianas de 85.

No es necesario tener conocimientos en este deporte para vivir y disfrutar la experiencia de volar. Cuando usted está en el aire, su vida no sólo depende de una vela –parapente- y de la pericia del piloto. Arneses, mosquetones, un paracaídas de emergencia una silla para copiloto y, obviamente el ala, conforman el equipo de vuelo.

A volar

Cuando le den la señal, empiece a correr tan rápido como pueda, como si se estuviera yendo el último bus de la noche. No pare de hacerlo aunque en su carrera el piso se despegue de sus pies. Corra en el aire, patalee. Verá que en pocos segundos el viento se encargará de poner a sus pies, chiquiticos, la reserva natural Nirvana y los cañaduzales de la región. Podrá ver a lo lejos a Cali, Palmira, Pradera y Candelaria. Y, si tiene suerte, podrá compartir la inmensidad del cielo con águilas y halcones. Vuele con su cámara y deje que los megapíxeles capturen el asombro de sus ojos.

30 minutos después, el piloto le avisará y lo único que debe hacer es levantar las piernas para aterrizar. Querrá repetir la experiencia una y otra vez. La sensación de volar es algo que no se olvida.