“Es que la marihuana en Ámsterdam no es legal, lo que pasa aquí es que a nadie le importa, ni a la policía ni al gobierno le importa,  porque es un negocio multimillonario y gente de todo el planeta viene a la ciudad a nada más que a fumar”, nos dice Akkie, nuestro anfitrión en Ámsterdam mientras suelta una bocanada de humo espeso por boca y nariz. Es tabaco mezclado con marihuana y hachís “porque es que aquí en Holanda la marihuana es muy cara y si la fumamos pura nos arruinamos”.

  • “¿Y en tú país la fuman pura?” “¿Cómo funciona el negocio de la marihuana en Colombia?
  • Ja, si supieras.

Mientras escribo esto desde el otro lado del mundo, Canadá se despierta con la noticia de que desde hoy, 17 de octubre, la marihuana es legal para consumo recreativo en todo el país, luego de que el Parlamento y el Primer Ministro así lo anunciaran. Esa fecha será recordada en la historia como el día en que el primer país perteneciente al G7 legaliza el porte, consumo, cultivo y transporte de marihuana para objetivos recreativos. Canadá es el segundo país en hacerlo después de Uruguay.

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Con Akkie dando un paseo en bici por Ámsterdam

Un lugar imperdible en Ámsterdam

En Colombia, le diría a nuestro amigo holandés, sí se fuma pura y se permitía el porte de una dosis personal de 20 gramos. Pero el Presidente de la República firmó hace dos semanas un decreto para que los recursos de la Policía Nacional se destinen a perseguir y requisar consumidores para decomisarles cualquier dosis, hasta la más mínima ramita de marihuana, y luego multarlos como delincuentes.

  • “Unos dan un paso adelante y otros atrás amigo, así funcionamos los humanos”

Aquí en Ámsterdam huele a marihuana en cada rincón. Nos compramos una pizza y vamos a comerla a la plaza Dam. Junto a nosotros, dos chicos arman dos porros tamaño Bob Marley, charlan y revisan unos documentos mientras fuman y se van. No hay forma de sentirse en peligro ni de ver a estas personas como delincuentes. Empezando por el hecho de que, en la acera de en frente, otros tantos fuman junto a la patrulla de Policía estacionada. Nadie persigue, nadie es perseguido.

Ni el hombre que arma un porro en pleno metro. Y en nuestra parada en la Estación Central cuando se abren las puertas del tren entra una oleada de aroma a cannabis. Hay niños, ancianos, estudiantes. Gente sube y baja de los trenes con la bici en la mano. Y no pasa nada. Nadie reparte bendiciones ni pone gritos en el cielo. Y Holanda no para de crecer, de ser uno de los países más desarrollados del mundo, de ser ejemplo.

 La ciudad de las bicis

Y de mujeres hermosas

Existen expendios legales de marihuana en Ámsterdam. Se llaman Coffeshops y tienen una carta que ofrece diferentes tipos de cannabis dependiendo del efecto que quiera sentir el consumidor. Si se quiere poner fiestero, relajado o pensativo, hay para todos. En estos sitios es prohibido fumar tabaco y no venden alcohol. Cómo funcionan y qué leyes los cobijan, más adelante lo contaremos.

Entonces, ¿cómo es que estas frente a estas situaciones tan evidentes Akkie se atreve a decir que la marihuana en Ámsterdam no es legal?

Pues nos dimos a la tarea de investigar y aquí les vamos a explicar cómo funciona el negocio de la marihuana en Ámsterdam y cómo esta sociedad ha logrado llegar a tal nivel de tolerancia, mientras atacan por una vía civilizada al narcotráfico y a las epidemias que la drogadicción estaba causando en Holanda.

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Marihuana en Ámsterdam: Historia de la Marihuana legal en Holanda

Corrían los años 70 cuando el estado holandés decidió hacer una diferenciación entre drogas fuertes y suaves, debido a que la popularidad de drogas como la heroína había desatado problemas sanitarios tan graves como una epidemia de Sida, por aquello de que los drogadictos compartían agujas infectadas.  Holanda, territorio de los puertos más grandes de Europa, fue una puerta de entrada al continente para el narcotráfico; también se convirtió en tierra de adictos.

Y los holandeses decidieron que popularizar la marihuana como droga suave e inofensiva iba a ser un factor disuasivo para que los consumidores tuvieran fácil acceso a los porros y dejaran de lado las otras drogas que los estaban matando y se estaban convirtiendo en un grave problema de salud pública. Y les funcionó. Adicionalmente, al tener fácil acceso a la marihuana los fumones dejaron de comprar en el mercado negro, lo que condujo a un inevitable debilitamiento de las mafias y a la reducción del crimen causado por las drogas.

Para los holandeses, es una ecuación de fácil resultado: la marihuana no mata a nadie, el narcotráfico sí.

Y entonces Ámsterdam se fue convirtiendo en la ciudad que es hoy: un lugar donde los individuos ejercen sus libertades siempre y cuando respeten a los demás, paguen sus impuestos y aporten como miembros a la sociedad. En los festivales y conciertos masivos ya nadie perseguía a nadie por fumar porros. Se toleró la venta de marihuana a puerta cerrada hasta que se legisló al respecto, y se inventaron los famosos Coffeshops.

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Marihuana en Ámsterdam: así funciona un Coffeeshop

Hoy somos sólo un par de los cinco millones de turistas que visitan Ámsterdam cada año y, como muchos de ellos lo hacen, estamos entrando a un Coffeeshop. Es verano y el día está soleado, la gente anda en las calles con ropas cortas, el cielo está azul y las embarcaciones van y vienen del canal de la calle Prinsengracht. Claro, huele a Marihuana.

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Un Coffeeshop es lo mismo que una cafetería, pero allí es permitido vender comprar y consumir marihuana en varias presentaciones. También se venden jugos, bebidas gaseosas, agua, café y algunos alimentos. Nada de alcohol ni cigarros.

Al cruzar la puerta del Easy Times coffeeshop nos encontramos con una barra similar a la de un bar, parecida a la recepción de un hostel. Dos mostradores exhiben brownies, galletas y muffins –sí, adivinaste, de marihuana-. Una chica está pesando cogollos de marihuana en una gramera para venderle a un cliente, y otra nos saluda y nos pasa una carta. Nos ofrece un listado de marihuana que podemos comprar en gramos o en porros armados.

Dependiendo del efecto que el consumidor quiera sentir, así mismo debe elegir: L.A Candy Kush, Strawberry Haze, New York City Diesel,  Candy Kush, G13 Amnesia Haze, Blueberry Cheese, Super Silver Haze, Super Lemon Haze, Casey Jones, Bubble Gum, Amnesia Haze, AK 47, White widow, Orange bud y Amnezia haze outdoor. Los precios van desde 6 euros por un porro hasta 65 euros por un gramo, dependiendo de la variedad que el consumidor elija.

Lo primero que pensamos es que este buffet está regulado por las leyes sanitarias del país y que no habría forma de que un dealer pudiese ofrecer algo semejante. El control estatal a estos lugares hace que las personas que frecuentan estos lugares consuman productos de calidad. Si está bien o mal fumar marihuana no es el tema; aquí en Holanda es legal y nadie señala a nadie por hacerlo, tal como pasa con el tabaco y el alcohol en el resto del mundo.

Entramos. Primero hay dos barras llenas de gente: un grupo de chicos juega cartas y una pareja se besa. Todos fuman. Los dos televisores que cuelgan en las paredes presentan una carrera automovilística. Elegimos una mesa del fondo y hacia allá vamos. Las sillas son cómodas, acolchadas.

La ubicación nos da una perspectiva de lo que ocurre alrededor: un grupo de chicos muy jóvenes ríe sin parar mientras se muestran sus teléfonos móviles los unos a los otros. Frente a ellos, otro grupo de personas fuma, charla y toma café; parecen oficinistas porque visten trajes elegantes: ellos corbatas y ellas tacones. Más allá un hombre solo suelta bocanadas de su porro sin mirar a nadie.

Nosotros estamos relajados, tomamos un par de bebidas y comentamos la escena. Se escucha música chillout, el ambiente es tranquilo, oscuro pero no en la penumbra de una discoteca. Se alcanza a ver la luz de la calle y además hay luces tenues que iluminan la escena. Cortinas, sofás cómodos color violeta. Velas aromáticas que hacen buen equipo con el humo del cannabis. No hay lugar a ningún prejuicio moral que pueda juzgar quienes nos encontramos allí: nadie va a salir, a matar ni a vivir en las calles como indigente.

Para quienes fumar marihuana significa un acto que va en contra de sus valores morales, pero aun así les gustaría experimentar este tipo de sensaciones, vivir una experiencia social en Ámsterdam, pues también la pueden comer y sigue siendo completamente legal. En Ámsterdam hay un mercado de comidas hechas con marihuana que va desde bombones, chocolates, quesos, cervezas y galletas hasta los ultra famosos muffins.

TENGA EN CUENTA:

Si va a probar este tipo de sustancias por primera vez trate de hacerlo con cautela, no esté nunca sólo y no coma más de la porción que le recomiende alguien que sabe. Es de conocimiento público que la marihuana y tras drogas potencializan su efecto cuando son ingeridas. Además, nunca compre nada a nadie que le ofrezca sustancias en la calle, para eso existen los lugares autorizados.

***

En Ámsterdam existen alrededor de 250 Coffeeshops. El primero fue fundado en 1972 con el nombre de Yellow Mellow, homónimo a una canción de Donovan Leitch que invitaba a los hippies a fumar cáscaras de banano cuando no encontraran nada más. Pero fue el Bulldog Coffeeshop el que se registró de primero como un Coffee shop legal, y desde ese momento se dedicó a construir un imperio canábico multimillonario que no ha parado de crecer.

Bulldog Coffeeshop es una marca que ofrece, por supuesto, coffeeshops, varios en la ciudad. Pero también hoteles, hostales, bares, restaurantes, cafeterías, tiendas de ropa, accesorios y souvenirs. Todo amparado bajo unas leyes que no tienen sus límites bien definidos y que permiten que estas empresas se salten la barda a su favor.

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Marco legal de la marihuana en Ámsterdam: una nube de humo

Nuestro amigo holandés tenía razón: en la marihuana en Ámsterdam no es del todo legal. La cosa es que, como da dinero y trae turistas, aquí nadie dice nada y son pocos los que cumplen las leyes al pie de la letra.

Empecemos por lo evidente: fumar marihuana en las calles de Ámsterdam, o cualquier otra ciudad del país, es ilegal. Pero si la policía se diera a la labor de capturar y judicializar a cada persona que esté botando humo espeso por la boca, Ámsterdam se quedaría sin turistas al día siguiente, y eso a nadie le conviene. Entonces, ni gobierno ni autoridades dicen nada.

Pese a que el consumo y expendio de marihuana es legal en Holanda en espacios como los Coffeeshops, muchas de las actividades comerciales que se llevan a cabo en estos sitios son ilegales. Y es que sencillamente las cuentas no cuadran por ningún lado desde donde se les mire.

La ley dice que en los coffeeshops se pueden vender hasta 5 gramos de marihuana por persona y también que cada persona puede transportar por la calle un máximo de 5 gramos; todo bien hasta allí. El coffeeshop lo máximo que puede tener en stock es hasta 400 gramos de marihuana, entre porros, pastelitos, hachis y yerba. Y lo máximo que se puede plantar son 5 plantas de marihuana por persona.

Pero los cálculos no cuadran por ningún rincón dentro del marco de la legalidad.

400 gramos para consumo individual es demasiado, pero para un coffeshop es una cantidad irrisoria. Una persona que trabajó en un coffeeshop nos contó que en una tarde se pueden llegar a facturar 10 mil euros, pero que una tarde normal pueden entrar unos 8 mil. Debido a la cantidad de turistas que llegan a Ámsterdam, los 400 gramos permitidos en stock se pueden quemar en un par de horas, lo que significa que esa cantidad no es absolutamente nada.

Por supuesto que los coffeeshops cumplen a rajatabla con la normatividad de no tener más de 400 gramos en stock. Pero ¿y el resto? ¿De dónde sale? Pues debe existir alguien que esté aprovisionando constantemente. Y ¿no se supone que nadie puede cargar consigo más de 5 gramos por la calle? ¿Ni que el coffeeshop no le puede comprar a nadie más de 5 gramos? Tendrían que comprarles a 80 personas diferentes cada dos horas para aprovisionarse de los 400 gramos del stock de la tienda.

La normativa no funciona y la gente lo sabe; el Estado también. Lo que pasa es que se hacen los locos y no quieren modificarla para que Ámsterdam no se convierta en una ciudad de mulas cargadas de aquí para allá con correos marihuaneros.

Además, Holanda no puede abastecerse por sí misma de toda la marihuana que se consume a diario en el país, y lo que se cree es que entre un 50 y 60% de la yerba que se fuma en el país es proveniente de España de forma ilegal, y en Holanda se compra 3 o 4 veces más cara. Y si en España no es legal, ¿a quién se la compran? A las mafias. ¿Y quién la lleva a Holanda? Las mulas.

Aun así, se sabe que todo el día por las calles de Ámsterdam hay chicos con mochilas llenas de yerba que corren de aquí para allá cumpliendo los encargos de los coffeeshops. Incluso la Policía debe saber quiénes son, pero no los atrapan y no les dicen nada aunque están identificados y pudiesen judicializarlos.

Caso aparte es el expendio de alcohol en los Coffee shops: hecha la norma, hecha la trampa. Por ejemplo, el bar Bulldog no vende marihuana pero tiene licencia para vender alcohol. También tiene una sala de fumadores -que viene siendo todo el bar-. Entonces, el bar es un espacio privado y los clientes pueden fumar lo que les dé la gana, siempre y cuando lo compren afuera, en el Bulldog Coffeeshop. Lo mismo pasa en el restaurante Bulldog, la Cafetería Bulldog, y el hotel Bulldog, con salas enormes para fumar porros. Allí pueden vender cervezas. Entonces, te venden la yerba en una parte y te la fumas en otra donde además puedes beber. Y todo sigue legal.

Para que entiendas mejor,  aquí te dejamos un resumen de las leyes que regulan tanto la marihuana y otras sustancias como su comercialización en los Coffeeshops:

Leyes para la Marihuana en Ámsterdam

  • La posesión de drogas es punible. Quien porte más de 5 gramos de Cannabis (marihuana o hashis), puede ser requerido por la policía y ellos sólo se van a incautar de la droga. Si la entrega voluntariamente no será procesado.
  • Si porta más de la cantidad permitida de drogas suaves para el uso personal (5 gramos) será capturado y corre riesgo de una sentencia de prisión.
  • Los menores de edad no tienen permitido tener ninguna droga, la política de tolerancia no aplica a este sector de la población. Entonces, usted debe tener más de 18 años de edad para poder comprar o portar drogas.
  • Cultivar marihuana en casa es ilegal, sin embargo, puedes tener cinco plantas o menos y no serás procesado.
  • Las drogas fuertes están prohibidas.
  • Importar y exportar drogas es ilegal.
  • No se puede fumar en público. Sólo se puede fumar marihuana en los coffee shops de Ámsterdam.

 Leyes para los Coffeeshops de Ámsterdam

Debes tener 18 años o más para ingresar a un coffeeshop y siempre portar tu pasaporte o documento de identidad.

– Sólo está permitido entrar máximo dos veces al día al mismo coffeeshop.

– Sólo se puede comprar un máximo de 5 gramos de marihuana al día.

– No debes causar ninguna molestia

– El uso de drogas fuertes está estrictamente prohibido.

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Para terminar, ¿qué pensamos nosotros?

  • Nuestra experiencia en Ámsterdam fue maravillosa: conocimos una ciudad llena de historia, lugares bellos, parques, museos, canales… pero también por haberle dado una probada a la vida en una sociedad que no persigue a sus ciudadanos con el látigo de los prejuicios morales. En Ámsterdam y en toda Holanda aplica el derecho a ser libre como principal regla de vida.

Pese a que muchas personas, y muchos gobiernos, aseguran que la apertura al consumo legal de la marihuana solo desencadenaría una tragedia social y supondría un aumento de los adictos, en Holanda lograron demostrar que el acceso fácil a esta droga no ha dejado resultados muy diferentes a otros países en aspectos como la edad de inicio del consumo o las pautas repetitivas de consumo.

La amenaza de castigo, la persecución y el señalamiento moral de los consumidores de cannabis no sirve absolutamente para nada, y eso lo deja claro Holanda con sus cifras de crecimiento y desarrollo como sociedad.

Si algún día tienes la oportunidad de viajar a Ámsterdam hazlo, y comprueba tú mismo que no hay nada que temer en esta sociedad que dio un paso hacia las libertades desde hace tanto tiempo.

¿Estuviste en Ámsterdam? ¿Te gustaría ir? Nos gustaría saber qué piensas. Déjanos un comentario que fomente el debate.

Gracias por leernos.

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