Y es que tal y como pasa con nuestro país, Albania ha estado cubierta por un manto de desinformación bajo el cual subyace un país lleno de joyas por descubrir a cada paso. Sólo quien se atreve a vivirla será capaz de beber su coctel de hospitalidad con los viajeros, riqueza histórica y bellezas naturales sin par.

La colcha de mala fama que arropa a Albania se ha tejido con retazos de mafia, peligros diversos, drogas, delincuencia y migrantes. Pero basta pisar este país y empezar a recorrer su geografía para darse cuenta de que su quintaesencia es más que ese vertedero de malas noticias que la televisión se encarga de ventilar. Sí, claro, como pasa en Colombia, tal cual.  

Estuvimos descubriendo la belleza de Albania durante dos semanas y sentimos que nos quedamos cortos: aunque le dimos una probada a su historia, su alborotada capital y la belleza de su naturaleza, quedamos con la deuda de regresar por más.

Esta es la historia de cómo fuimos atrapados por Albania.

¿Colombianos? Esperen allí por favor

No tenían la menor idea qué hacer con nuestros pasaportes. Llegamos en un taxi proveniente de Ulcinj, la ciudad fronteriza del vecino país Montenegro. Hemos recorrido casi todos los Balcanes a dedo pero justo hoy, el día que cruzamos la frontera montenegrina- albanesa, un aguacero invernal aguó las posibilidades de salir a estirarle el dedo al aire. El taxi nos dejó una vez sellada la salida de Montenegro y caminamos hacia el punto de migración albanés: las casetas parecen de un peaje rescatado del abandono. Esperamos de pie, con las mochilas en el piso.

  • ¿Dónde están sus visas?, pregunta el oficial en un inglés imposible.

A diciembre de 2018, mientras ocurre lo aquí relatado, Albania fue el último país en la creciente lista de naciones que le abrieron las puertas a los colombianos para ingreso sin visa a su territorio. Pero los caballeros aquí presentes no lo saben. Entran a Google, hablan entre ellos, llaman a un superior, nos preguntan de nuevo.

  • ¿Para dónde van?
  • Hoy queremos dormir en Shkoder y después seguir hacia Tirana.
  • ¿Y por qué llegaron por esta frontera?

No saben siquiera qué más preguntar. De pronto a alguno de ellos se le ocurre hojear las páginas de los pasaportes. Lo encuentra lleno de sellos y visas y remata con un:

  • Disculpen por favor, no habíamos visto sus pasaportes. ¿Cuánto tiempo se quieren quedar en Albania?

Listo, superamos el estrés de la frontera. Estamos listos para recorrer un nuevo país, con mucha expectativa pero sin mucho conocimiento.

Schkoder, volver a la costumbre del caos

La última vez que salimos de casa fuimos a parar a Canadá y luego a Alemania. Nos dimos un viaje de más de un mes por Rusia en pleno mundial de fútbol y luego regresamos a recorrer Europa para luego rebotar hasta los Balcanes. Países todos llenos de castillos, construcciones magníficas y semáforos que se respetan. Limpieza y niveles de sonido en las calles tolerables para un recién nacido, trenes rápidos y puntuales: un orden desconocido y sin sazón para estos dos viajeros criollos habituados al caos de la vida latina.

Por eso llegar a Albania fue como si nos sacaran del acuario luminoso y prolijo para arrojarnos a nadar nuevamente contra la corriente: a saltar carros en las calles abiertas por obras que nunca fueron terminadas (o iniciadas), caminar agachados para no tocar las marañas de cables que cuelgan de las redes eléctricas, decirle “no gracias” a los tantos que ofrecen marihuana o una baraja de teléfonos celulares robados, esperar el bus en estaciones invisibles construidas con el material de la costumbre de saber que el transporte para allí. Somos dos peces más en este charco donde todo está por hacerse. Eso sumado a una hospitalidad calurosa que nos acoge en medio de este frío invierno Balcánico y precios más bajos que en ningún otro país de Europa. Albania nos hace sentir en casa.

Por estos días hace frío. Se acerca la navidad y la temperatura se acerca cada vez más a los cero grados. Llegamos a Schkoder, como siempre, sin nada reservado, esperando a que la moneada lanzada al aire se detenga. Mochilas al hombro recorremos las calles hasta que la señal que buscábamos aparece: el letrero grande y reluciente que remata el edificio más bonito del vecindario dice en mayúscula: HOTEL ARGENTINA. Sentimos la llamada del destino viajero y vamos hacia ella.

Entramos, vamos a la recepción y preguntamos por el dueño. Hola, somos Andrés y Lina, viajamos por el mundo, somos blogueros de viaje y acabamos de llegar a Albania. Este es nuestro proyecto de viaje. El hombre, que no es argentino pero sí mucho más joven que nosotros, nos escuchaba como si fuésemos lo que esperaba desde hace tiempo. Nos ofreció quedarnos tres noches en su hotel: “Bienvenidos, el desayuno se sirve hasta las 10:00”.

Descansar, calentarnos del frío y salir a recorrer Shkoder, siempre caminando. Barberías y casas de apuestas en cada calle donde decenas de hombres se reúnen a ver fútbol de las grandes ligas europeas y apostarle unos cuantos leks a su favorito.

Te damos 37 dólares para tu primer hospedaje con AIRBNB

Regístrate y de paso nos ayudas a seguir viajando

Siempre buenas sensaciones nos deja esta gente que sonríe a cada paso, que recomiendan visitar lugares de su ciudad, explican con calma los platos del menú y despliegan montones de ropajes de invierno de segunda mano en las calles para que escojamos: Lina se llevó unos guantes de primera clase en dos dólares.

Por haber sido parte del impero Otomano, Albania es un país de mayoría Musulmana con un 70% de su población practicante del Islam. El otro 30% se lo reparten entre católicos con un 20% y ortodoxos con un 10%. Entre 1967 y 1990 la religión estuvo prohibida por el gobierno comunista del dictador Enver Hoxha y todas las iglesias y mezquitas fueron cerradas o derribadas, y en 1973 este fue el primer país del mundo en declararse ateo. Pero hoy el llamado a la oración musulmán hace parte de la banda sonora del diario vivir de los albaneses, la hermosa melodía que les recuerda cinco veces al día que Allah es grande y que es su deber adorarlo.

¿Ya leíste nuestro libro?

Consíguelo a un solo click de distancia. Es un libro independiente y no lo encuentras en librerías.

***

Albania es la Colombia de Europa, nos dijo Marco cuando íbamos a bordo de su lujosa camioneta Mercedes Benz. Nos levantó bajo la lluvia en la carretera que conduce a la capital. No entiende español ni inglés pero habla perfecto italiano, la segunda lengua de Albania por su cercanía con Italia y por ser el albanés un idioma exclusivo para los habitantes de este país.

Hoy tener un Mercedes Benz en Albania es lo mismo que haber tenido un Renault 4 en los 80’s en Colombia. Están por todas partes, los conduce cualquier trabajador y las calles se ven repletas de filas de estos carros parqueados y talleres especializados para arreglarlos. Pero el de este tipo es una nave. Habló mucho; en un italiano rápido pero al fin entendible. Cuando llegamos a Tirana dio paso al protocolario repertorio de quejas sobre su ciudad/país/sociedad que casi todo el mundo desahoga cada que entramos en confianza: los gobernantes son unos mierdas, aquí nada funciona, mire esto mal hecho, y aquello y aquello y todo se lo dan a las mafias.

No ha terminado su rosario de lamentos cuando otro carro lo golpea por detrás. Se baja furioso, revisa la pintura blanco marfil de su nave espacial y se sube sonriendo: “No fue nada, eso siempre pasa aquí, porque el tráfico es un desastre”. 15 minutos después la escena se repite con un carro diferente, “parece buen tipo, eso no es nada”, sonríe y sigue su marcha. Finalmente llegamos, nos despedimos agradecidos pero el hombre empieza con un nuevo alegato que va subiendo cada vez más de tono: está cobrando por sus servicios de transporte. Le hago señas a Lina de que baje las maletas que están atrás mientras trato de tranquilizarlo y explicarle que si él nos recogió fue porque tenía la intención de echarles una mano a dos viajeros en su camino. Pero insiste, grita y me agarra fuerte la tira de la mochila: está a punto de golpearme. Amenaza con llamar a la Policía, y le ofrezco mi teléfono para hacerlo.

  • “De paso les decimos que estás recogiendo gente ilegalmente en el camino y que además estás amenazando a los turistas”, le digo en español mientras simulo marcar un número.

Pedía 10 euros por llevarnos cómodos en su camioneta, el bus costaba dos euros cada uno. El hombre se fue hablando entre dientes sin saber que nos dejó los corazones a mil, una historia más por contar y la frase perfecta para iniciar esta historia. Albania es como Colombia, sí señor: vale la pena descubrirla, te trata bien y puede explotar en cualquier momento. Pero aun así siempre vas a querer más. Y por eso aquí estamos. Llueve a cántaros, el frío hiela hasta el alma.

Bienvenidos a casa

“No pasa nada muchachos, ya verán que Albania les va a encantar, ahora vamos a la casa, se relajan y más tardes salimos a comer algo”.

Es colombiano; mezcla su acento paisa con un latino-neoyorquino de viaja data. Se llama Juan Carlos y nos invitó a quedarnos en un apartamento que renta mientras desarrolla proyectos de consultoría para levantar emprendimientos que no han encontrado su camino al éxito.

Pasamos días asombrosos con Juan Carlos: cervezas, comidas deliciosas, cocinamos juntos y celebramos la noche de navidad al interior de su apartamento. Compartimos historias de vida y en pocos días parecíamos amigos de toda la vida. Planeamos emprendimientos, intercambiamos consejos, nos hicimos amigos entrañables: este tipo representa la verdadera esencia del colombiano en el extranjero, esa que nos hemos encontrado en tantos rincones de este planeta: trabajador, honesto, educado y creativo. Un bacán, decimos nosotros.

***

Albania es un país dueño de una historia fascinante, repleta de castillos, ciudades otomanas patrimonio de la Unesco, una capital que no parece la capital de ningún país pero que aún escala para salir de casi medio siglo de comunismo que recién terminó cuando nosotros ya estábamos vivos. Pero sobre todo una naturaleza impresionante capaz de dejar boquiabierto y sin aliento a quien se atreva a explorarla. Relax, adrenalina, montañas, mares, ríos, playas, lagunas, nieve… Todo está incluido en el menú albanés esperando para ser servido según el gusto del viajero. Y nosotros, por supuesto, le dimos una probada.

Al agua pelícanos

Enfundados en trajes de neopreno rojo, clavamos los remos en el agua para que el kayak inflable avance por la laguna más grande de todo el país.  El frío es tremendo pero la sensación de estar solos en esta inmensidad hace que esto sea un bálsamo que alivie los últimos siete meses de viaje con las mochilas al hombro: bondades de moverse en temporada baja.   No estamos del todo solos: nuestro bote es guiado por Blerina Ago, la joven de treinta años que se ha convertido en la cara visible del turismo sostenible de aventura en el país y ha ganado reconocimiento por liderar luchas en contra de las concesiones  que el gobierno quiere entregarles a empresas multinacionales para que exploten indiscriminadamente los recursos naturales que toda la vida han sido el tesoro más preciado de los albaneses.   A Blerina la conocimos por intermedio de Juan Carlos, y cuando le contamos sobre nuestro viaje, se ofreció a llevarnos un fin de semana completo a vivir experiencias de aventura con su empresa Active Albania. empezamos aquí, al oeste del país en la gigantesca laguna de Karavasta, una de las más grandes del Mediterráneo. A nuestro lado navegan dos kayaks más, con un equipo de producción encargado de fotografiar y filmar cada movimiento que vamos a dar en los dos días siguientes. Mientras nos acercamos a los enormes pelícanos ceñudos nos graban y toman fotografías para la nueva campaña de turismo nacional. El horizonte está cortado a la mitad entre el cielo y el agua helada donde nadan cientos de estas aves gigantes, cuya población mundial tiene el 5% total de individuos viviendo aquí, frente a nuestros ojos. 

En la van que nos recogió en Tirana nos llevaron hasta Berat, la antigua ciudad patrimonio de Unesco conocida como «La ciudad de las mil ventanas».   Albania se mostró también como la prueba de que el viaje es un ciclo que se repite sin pausa: luego de haber recorrido Europa, Rusia y el resto de los Balcanes buscando casas con un rincón disponible para pasar la noche, aquí volvimos a pasar noches cómodas y calientes en hoteles cómodos. Primero fue el hotel Argentina en Shkoder y ahora el bellísimo Castle Park Berat, un lujoso hotel antiguo al que Blerina nos invitó a pasar dos noches en compañía del equipo de producción. Comidas típicas albanesas, vinos, postres y camaradería. Albania de verdad nos tiene atrapados. Pero lo mejor está por venir. 

Enfrentar los miedos para sentirnos vivos

Si la mala fama del siglo XXI que ha ganado Colombia ha estado signada en los últimos tiempos por Narcos, la serie de Netflix, la de Albania trae la firma del famoso actor Leam Neeson, protagonista de la película ‘Taken’, en la que desempeña el papel de un padre desesperado y furioso que hace lo posible por rescatar a su hija secuestrada por la mafia albanesa.   Pero si en Colombia el mito de Pablo Escobar desató una oleada de turistas buscando seguir los pasos del monstruo que la televisión convirtió en un Robin Hood criollo, en Albania pasó lo contrario con Neeson: Hollywood esparció la nube de que Albania es un país de secuestradores y que aquí es mejor no llegar si tienes un mínimo de aprecio por tu vida o que tengas un papá karateka que te rescate.   Y entonces la mente inquieta de Blerina se ideó la campaña ‘Taken by Albania’ (atrapados por Albania) en la que muchos albaneses invitan a Leam Neeson a visitar su país y a dejarse atrapar por su hospitalidad, sus tradiciones, las delicias de su cocina y sus maravillas históricas y naturales. En el vídeo de la campaña hay un escenario impresionante que difícilmente  se puede comparar con cualquier otro lugar del planeta: el cañón del Río Osumi, hasta donde llegamos hoy con Blerina y su equipo para hacer Rafting.

De nuevo los trajes de neopreno y chaquetas impermeables nos hacen ver uniformados. Tenemos cascos y unos zapatos especiales para que el agua helada no entre a nuestros pies. Los ojos verdes de Lina se enrojecen y se llenan de lágrimas como cada vez que está a punto de enfrentarse a alguna actividad donde el agua sea la protagonista en la escena. Claro, bien pudo haberse quedado tranquila en el hotel mientras los demás nos arriesgábamos a morir de diversión en medio de la corriente del río, viendo aves y cascadas a nuestro paso y siendo testigos de la naturaleza en su mejor expresión.   Si has seguido este viaje por el mundo sabrás que, aunque se convierta en un mar de nervios, ella siempre lo intenta, siempre sale ilesa y casi siempre se divierte.

También te puede interesar

 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

La última vez que hice 🚣Rafting fue el 19 de septiembre de 2014, en #SanGil, tierra de 💪deportes extremos en #Colombia. . . Estaba hecha un manojo de 😣nervios pero decidida a lanzarme al 🌊agua. Después de un 🗣grito de adrenalina, remamos dos veces y el bote se volteó en medio de un rápido no tan rápido. Burbujas, piedras, cielo. “Hasta aquí llegué”, pensaba. 😓Gritaba. 😭Lloraba. Burbujas. Parecía un 🐈👶🌊gato recién nacido metido en una lavadora de ropa. No sabía qué hacer. No entendía qué hacer. . . Hoy, 4 años después 💪decidí darme otra oportunidad. Una gran amiga me 📝escribió alguna vez, “Uno cree que si tiene miedo es débil, y la realidad es que valiente no es el que no tiene miedos, sino el que los tiene y los afronta”. 😘Querida Vir @porlasrutasdelmundo más cierto imposible. . . No puedo negarles que éramos el 😨miedo y yo mientras me ponía el traje de neopreno en el baño, éramos el 😨miedo y yo mientras me daban las instrucciones nuevamente de qué hacer pero esta vez en un idioma que no es el mío. Hoy estaba 💪decidida a disfrutarlo. Y vaya 😍sorpresa, un espectáculo de día, que cañón más espléndido, que momentos de adrenalina pura. 😆Experiencia inolvidable. . . Enfrentar mis miedos no ha sido tarea fácil pero estoy segura que voy por buen camino.💪💪 Así que amigos los invito a que enfrenten sus miedos, la autoconfianza es la clave. . . 🙏Gracias @activealbania por llevarnos a recorrer un lugar tan mágico como el Cañón de Osumi, gracias por llenarme de autoconfianza, son unos profesionales. . . Thanks @activealbania for taking us to a place as magical as the #OsumiCanyon, thanks for filling me with self-confidence. @hotel_castlepark_berat . . #RenunciamosyViajamos #girlpower #mujeresviajeras #iamtb #soyviajera #amoviajar #doyoutravel #passionpassport #extremesport #adventouralbania #Albania #travelblogger #lovelife #viajeras   Una publicación compartida de Renunciamos y viajamos (@renunciamos_y_viajamos) el

Al mando de nuestro bote va el director de la Liga Nacional albanesa de Rafting y también nos acompaña también Blerina, quien ha pasado los últimos 14 años de su vida desafiando las corrientes de este río. Nos dijo antes de montar al bote que para ella esto es como una droga, que de lunes a viernes no hace más que esperar en su oficina del Ministerio de Turismo en Tirana a que llegue el fin de semana para volver a saltar al río o a la montaña.

En el bote seguimos las instrucciones de nuestro guía: GO para avanzar, BACK para remar hacia atrás y STOP para dejar de remar; elemental. El recorrido bajo las inmensas paredes del cañón es más contemplativo que extremo, pero tiene momentos donde los brazos duelen de tanto remar el agua de, torrente salta al bote y el río nos arrastra con furia. Estamos navegando por las venas abiertas de Albania en el cañón del río Osumi abordo de la hospitalidad de este pueblo que lucha por sacudirse los prejuicios que lo cubren y hacerle saber al mundo que sus fronteras encierran una joya en bruto que aún está por ser descubierta.

Lina salió del agua feliz, con esa sensación indescriptible y esa sonrisa que no se borra al saber que lo intentó, se divirtió como nunca y se sacudió un poco más su miedo más profundo.

Pero aún faltaba más. La cereza en la punta de este postre la puso la caminata por Berat para recorrer los callejones de la ciudad de las mil ventanas y fotografiar los imponentes nevados que adornan el paisaje. Podríamos extendernos más contándoles cada detalle que descubrimos andando por esta antigua belleza otomana, pero esta vez preferimos dejar que nuestro lente hable por nosotros y los transporte por unos minutos hasta este encanto de ciudad.

Ver esta publicación en Instagram

🎂Hoy estamos de aniversario. 💏Desde hoy nuestro amor es mayor de edad. . . 😆Hace 18 años empezamos a andar por la vida juntos y desde entonces no nos hemos soltado las 👫manos. ¿No les parece que el tiempo se va volando cuando uno lo disfruta al máximo? Tal vez es por eso que decidimos vivir con intensidad, porque la vida se pasa rápido y uno no se da ni cuenta. . . Pues hoy queremos compartir con ustedes, a quienes ya los sentimos como de la familia, 🤣esta inmensa felicidad que sentimos por estar juntos, más 💏 enamorados que nunca y disfrutando del privilegio de estar vivos y acompañados del amor de nuestras vidas. 📸Álbum de fotos con momentos muy importantes de este viaje.⬇️ . . 1. Esta es de hoy. 18 años después de que este par de niñitos empezarán a conocerse y a andar juntos de la mano. 🚣Gracias @activealbania y @hotel_castlepark_berat por ser cómplices de nuestra 🎉🎊celebración . . 2. 27 de mayo de 2018 camino al ⚽Mundial de Rusia gracias @allianzcol . . 3. 15 de agosto de 2017 después de un año de trabajo, le presentamos al mundo 📑nuestro libro #RenunciaryViajar el trabajo dónde brilla el sol . . 4. 6 de agosto de 2014. Nuestro 💭sueño viajero está a punto de recorrer su primer kilómetro rumbo a #Alaska sin saber todo lo que se vendría . . 5. Algún día de junio de 2009 pondríamos nuestro primer 🎉😊sello en el pasaporte cuando nos fuimos desde #Cali a #Buenos Aires por tierra 6. #Uyuni #Bolivia cuando amas con intensidad. Así es la vida 7. Algún día del año 2000. Mini Andrés y Mini Lina se toman una 📸fotografía en Foto Japón. Nuestra relación es tan 👴👵vieja que no habían cámaras digitales. . . ¡QUE VIVA EL AMOR! #renunciamosyviajamos #viajarenpareja #LoveTotravel #coupleslovetravel #TripinCouple #iamtb #doyoutravel #comuviajera #aniversario #amoviajar #mochileros #viajeros #backpacker #backpackerslife

Una publicación compartida de Renunciamos y viajamos (@renunciamos_y_viajamos) el

Luego de una noche de Navidad colombiana, con una cena en casa de Juan Carlos, despedimos esta aventura que nos abrió la puerta con las manos vacías y nos despide con los corazones llenos de amor y experiencias. Quedamos atrapados por Albania y con ganas de regresar lo antes posible a descubrir más de las ciudades, playas y pueblos que esta vez no pisamos.

Y de ahora en adelante, cada que alguien nos pregunte por un recomendado para viajar en Europa vamos a mencionar a Albania en nuestro podio: siempre es bueno dejarse atrapar por tanta gente linda y tantas cosas bellas y baratas.

💡 ¿Te antojaste de conocer Albania? 💡 
  1. Encuentra tu vuelo barato a Albania con skyscanner
  2. Descubre aquí todas las visitas guiadas y excursiones en Albania
  3. Aquí te damos 36usd para tu primer hospedaje en Albania con AIRBNB
  4. Encuentra tu mejor opción de hotel en Albania aquí